Descripción Etnográfica


Metiendo en relevo algunos aspectos y pormenores, pretendemos proporcionar algunas indicaciones para hacer más fácil el descubierto de toda nuestra riqueza cultural, así como el observador descubrirá diversas cosas curiosas concerniente los suos abuelos, de su tiempo y de sus recuerdos. Al ingreso, una flecha señalaba al molendero donde había semilla para moler, y así él lograba tiempo. La flecha hoy es un símbolo de la disponibilidad de la Finca para recibir los clientes y los amigos. Al franquear la carretera de la Finca, pasamos a través de los árboles, y llegamos a la casa del campesino rico.

Después de la flecha permanece el antiguo portón de la Finca, en que se encuentra el Martelo “aldaba” que da el nombre a la Finca, y cercano el fontanar con el bebedero para las bestias, la camilla, la lavadora de los ropajes, y llegamos a una parte de la casa donde encontramos el almacén de los utensilios agricolas, carros y alimentos secos para las bestias, con cubierta de colmo, y el establo dividido para los caballos y bestias.
En otra parte, encontramos otra casa con tejado de tejas, paredes de piedra, con sus portas rusticas y cerraduras de leña, donde se hace el almacenamiento de las herramientas de la zona. Al pasar el viejo portón de la Finca sin cerrar la aldaba, porqué el portón se halla siempre abierto, el visitante se encuentra en el patio con el tendedero del grano turco, la casa del perro, las protecciones contra los ratones, reproducciones de las cajas en que se exportaban las naranjas, aparejos del horno, cañas de la pesca e jaulas atajadas al tejadillo, proveído de tejarozes en madera, para llevar la agua para la cisterna. Las puertas y pestillos antiguos, con las sus aldabas, picaportes, cerraduras de leña y de hierro. Todos los diversos modelos, hallados en los locales y colocaciones correctas para una utilización eficiente.

Aún en el patio y delante de la Casa de Hacienda, hallamos la casa de empaquetar las naranjas para exportación. Esta casa, que perdió su funcion original, mantiene el trazo de las diversas fases de su desarrollo mientras el siglo XVIII, y podemos también encontrar trazos de todas ellas, desde las cajas de naranjas hacia la ultima fase, con la casa a funcionar como anexo de almacenamiento, porque los proprietarios han querido tener un local para reuniones familiares por falta de espacio en la habitación, y un espacio para las matanzas de los cerdos. Así llevaban el mobiliario de la casa, que era utilizado juntamente con el mobiliario alli guardado.

El cepillo de cortar y todas las herramientas utilizadas en el cortar y preparar del cerdo en las matanzas se hallan al lado de un fogón para madera con una chimenea improvisada para derretir las carnes grasas y ahumar las otras carnes. El aparador, el armario y las lámparas para la noche en arcilla se hallan todos en aberturas en los muros, perchas en rama, el «balaio», el «joeiro», criba y algunos platos, diversos recipientes de almacenar y reservar las provisiones. La boardilla, con principio en escalerilla en madera y con diversos arreglos de uso menos común.

La iluminación de las diversas épocas, con «grizetas», lámparas, lamparillas diversas, lamparillas de petróleo y protección en vidrio, y también la electrificación de las primeras instalaciones con cable transmisor torcido, y con fijaciones y interruptores en vidrio, y lámparas del período. Con el descenso del ciclo de las naranjas y con la perdida de la función de la propiedad, ella fue comprada como una hacienda, para una utilización más auto-suficiente.

Al atravesar la puerta del nuevo anexo adaptando una pequeña bodega por necesidad de transformar el vino producido para uso en casa, y que también hoy se encuentra en producción, y donde se haya un bueno ejemplo de este tipo de instalación, donde se haya la ventana de ventilación, el lugar restaurado con prensa, «moega», «balseiro», casco, medio-casco y barriles encanterados, el embudo y el pote en palo de cedro silvestre, las «adornas», la vasija de escoja de uvas utilizada como mesa, y que también era utilizada para las recepciones en las vendimias, botellones, una pequeña bodega portátil, bancos y cepillos para soporte a las vendimias.

Para acabar, salimos de la cantina puesta a funcionar pasando delante de la «caseta», nombre del retrete (fuera de la casa, como era costumbre), y continuando los tanques de lavar con conductos de arcilla, que transfieren el agua de la cisterna, y esta es la cisterna más grande privada de los Azores, que hacia el abastecimiento de agua para las habitaciones vecinas, y también del agua para llevar a los árboles de naranjas.

En dirección de las veredas, hayamos el gallinero y el chiquero, vecinos de la casa de los conejos, con casetas hechas con arcilla y palo. Delante, la casa donde se hayaba la prima «atafona», con su palomera más tarde transformada en casa para depósito. Desde las veredas, que se hayan en un uesto más alto, miramos los pastos, que constituyen la arquitectura típica de las granjas de la naranja, con sus altos muros con pasos elevados, para protejer los citrinos de la marea. Naturalmente esta protección transmitia también un efecto estufa, porque la piedra volcánica negra y porosa mantenía el calor del sol durante la noche. Estos pasos son hoy usados en la agricultura biológica para la producción de casi todo lo que se come en la Finca, y también se puede encontrar una gran variedad de citrinos y de otros árboles de fruto como la «anona» «araçá», bananas, higos, y niésperos, para la fabricación de aguardiente y de dulces. Una parte de esta zona fue utilizada otra vez por sus características naturales para mantener y exhibier los animales caseros de razas autoctonas y tradicionales de nuestra isla. De entre ellas podemos apuntar el cerco teñido, de la raza antigua lusitana, las gallinas de la tierra en su diversidad, el burro de las Azores, las vacas del Ramo Grande, las cabras tradicionales, etc.

A continuación de la filosofía de esta propiedad certificada por producir productos de horticultura» y frutos biológicos, y también la producción de condimentos, tés, y algunas plantas endémicas, esta Finca fue también premiada en el 2004, en la Feria Agrícola Azores, con el 1.º Prémio en la Categoría «Mejor Producto Biológico». Llegamos a una zona adaptada para aumentar la producción de este género de cultivo, para abastecer la Finca, donde se encuentra el antiguo punto de encuentro, donde se hacia la reunion de las bestias, se cambiaba montada, se hacia el estacionamiento de las carrozas y caballos, y donde se encuentra hoy el estacionamiento de los vehículos, con el viejo pozo cisterna, y zona de almacenaje.

Volvemos a la Canada y encontramos los vestigios que nos permiten hacer la reconstitución de la evolución de todas las construcciones para habitación y almacén de los primeros pobladores, con la evolución de las diversas tipologias que acaecieron por disponibilidad y capacidad en los diversos modelos de cubiertas y tallos de muros, ventanas y puertas. Naturalmente que los que han llegado se han preocupado con hacer uno protección que fue evolucionando hacia las habitaciones de hoy. Por fines economicos y de aprovechamiento, el mismo espacio que resguardó las personas también protegió las bestias y más tarde las herramientas. Y este es un registro que se haya para la historia. Las casas más primitivas se aprovechan hoy solamente para exposición. La habitación nombrada la «Casa del Poblador» es la primera que según nuestros conceptos modernos logra recibir el nombre de habitación, donde se encuentra ya la organización del interior, mas sin una división, mas con los cuatro cuartos de la casa: el cuarto di cocinar, el de comer, el de almacenar y el de dormir.

Esta casa se haya aún cobierta de paja, con los muebles de la época, con las maderas proprias. La casa sucesiva, ya con el tejado de tejas, y división improvisada que presenta ya el deseo de muebles más elaborados y una noción de división del interior con mejor provecho. Bajo la Cañada, encontramos todos los ejemplos hacia el Siglo XIX, con las varias tipologías de habitaciones, división interna, muebles, decoración, herramientas, evolución que se puede ver y verificar también en los pozos y cisternas, chimeneas y hornillos, y en la calidad de las construcciones. Poseemos aún una zona donde el visitante puede encontrar un conjunto de talleres de artes y labores tradicionales en via de extinción. Si, por una parte, nos hayamos confrontados con la necesidad de hacer uso de un largo grupo de artesanos para hacer la reconstrución y la ejecución primorosa de todo el equipamiemento (desde las tejas a los muebles, cerraduras, etc.), por otra parte hemos comprobado que la parte más grande de los antiguos ofícios se encontrava en vias de extinción.

Hemos, entonces, reconstruido y transportado para la Finca algunos talleres que no se encuentran en funcionamiento, para meterlas a trabajar, y también para proporcionarnos la oportunidad de nos fornercermos, y al mismo tiempo preservar viejos labores sin utilización. El deseo del restablecimiento de estas labores venía del factor histórico de una isla con mucha tradición, con una ciudad patrimonio mundial, y también la conciencia de los habitantes, obtendremos nuevos mercados para viejas artes.

Hemos la alfarería, con su horno, la «latoaria», la carpintería, «marcenaria», «tanoaria», herrero, zapatero, barbero, encalador, «galocheiro», y diversas ocupaciones sazonales como empajador, cestero, «vassoreiro», tiendas de tejedura, leñador, aserrador, etc. Esta zona es también uno espacio divertido y agradable para otras actividades. En el lado oponente de la Canada, encontramos las edificaciones con el alambico, «atafona» y bodega
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ALOJAMENTO
RESTAURANTE TRADICIONAL
CENTRO ETNOGRÁFICO
ELABORAÇÃO DE PROGRAMAS PEDAGÓGICOS



Canada do Martelo, nº 24 - Cantinho- São Francisco das Almas - S. Mateus
9700-576 Angra do Heroísmo
Terceira - Azores - Portugal
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